Cada madre y padre, son las personas que más impactan el desarrollo de una niña o un niño, eso da un poder inigualable en el destino de alguien. Como los padres también son personas, muchas veces los criterios de crianza que los guían, es su historia personal, por eso, se esfuerzan en NO repetir su historia, con la intención de que sus hijos tengan una vida diferente, sin embargo, por muy noble que sea está intención, no va a resultar, porque, de manera inconsciente no se mira a los hijos con los ojos del presente, sino que se están mirando, los errores que se cometieron en el pasado, bajo un contexto diferente al que le toca vivir a sus hijos, dicho de otra manera, hay que evitar proyectar la propia historia, para que puedan surgir experiencias nuevas.
Criar y educar en transcendencia, es situarse desde ciertos principios y valores, los cuales, ayudan a sostener la familia, guiando a los padres hacia la observación de cómo las cosas se están haciendo en la realidad, más allá de las preocupaciones y necesidades del presente, es más, se trata de un sentido de Futuro, proyectando los aspectos emocionales, intelectuales y valóricos de los hijos, hacia el desarrollo de los potenciales de cada miembro de la familia.
