Para poder hacer las cosas de una buena manera, es primordial que cada ser humano, sane sus heridas de infancia, dado que, cuando una madre o un padre, tienen abiertas las heridas de su niñ@ interno, se afecta el vínculo y la relación que establece con sus hijo@s, ya que, las experiencias dolorosas, se proyectan en la crianza, interfiriendo en la capacidad de generar conexión.
Cada herida interna esta compuesta por emociones y pensamientos, los cuales comúnmente no han sido elaborados. Éstas heridas, son experiencias que se reflejan en recuerdos que impactan la vida en tiempo presente, puesto que, muchas veces se hace de una forma involuntaria e inconsciente, por ello, es importante reponerse, para poder actualizar la capacidad de resolver las experiencias y situaciones, con una disposición desemejante.
Cada ser humano posee una historia única, sin embargo, la paradoja es que, desde la unicidad histórica de cada persona, las heridas emocionales afectan de manera común a muchas personas.
El verse afectado por experiencias adversas, vulnera el desarrollo y fortalecimiento de la identidad. A continuación se presentan las heridas comunes que se producen en la infancia.